¿A quién no le gusta el pollo a l’ast? Este plato se consume cada día por muchas partes del mundo a día de hoy. Pero, ¿conoces su origen?
Hoy toca lección de historia. Si eres curioso, quédate leyendo hasta el final de este post. Repasaremos cuáles fueron sus inicios y cómo llegó la tradición hasta nuestros días.
Quizá te sorprenda conocer que el pollo es nativo de Asia, concretamente de la zona que ocupa el país Pakistán.
Entonces, ¿cómo llegó hasta España? Todo indica que vino por vía del Imperio Griego alrededor del siglo IV a.C. Así es, hace aproximadamente 2.500 años que el pollo llegó a nuestras tierras.
Aunque lo cierto es que en sus inicios -como todo lo exótico que proviene de lejos- era un plato estrella reservado para la gente adinerada. De hecho, era muy común en los grandes banquetes que celebraban los ricos de la época. Incluso se consideraba un emblema de la abundancia.
Ya a mediados del siglo XX, la introducción de granjas en España hizo posible que hubiese una mayor cantidad y pudiese estar al alcance de todo el mundo.
Como es obvio, el método de elaboración se ha ido modernizando con el paso del tiempo. Sin embargo, la forma inicial de cocinarlo no distaba tanto de la que se usa en la actualidad.
Está claro que los asadores de pollo y los accesorios que se emplean en la elaboración (como jaulas, espadas, etc) van evolucionando y transformándose. Pero lo que no cambia es la tradición de comer un buen pollo a l’ast en familia o con amigos.
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