Es tradición que muchos domingos y festivos las familias se reúnan alrededor de la mesa para comer juntas. No obstante, el principal protagonista de esa comida es el pollo asado, un elemento que desde tiempos antiguos ha estado presente en las reuniones familiares y para el que no pasan los años. A continuación explicamos algunas curiosidades sobre este rico plato.
El origen del pollo asado
Antiguamente este alimento tuvo connotaciones como alimento ritual, ya que se asociaba a una serie de divinidades cuyos animales (gallo, pollo, gallina, etc.), eran considerados protectores de la familia. En origen el pollo era un animal exótico ya en la Grecia clásica y poco a poco se fue domesticando y comiendo su carne, llegando a convertirse en un manjar de gente rica.
Especialmente en época medieval era uno de los platos que más se cocinaban y de esos tiempos nos han llegado numerosas recetas. Incluso los artilugios que te utilizaban para asar eran parecidos a los actuales. Ya en el siglo VIII aC encontramos una especie de pincho o espada que nos hace pensar que, en ese aspecto, seguimos los pasos de nuestros antepasados.
Ya a finales de los años 50 y 60 empezó a popularizarse mucho más hasta llegar a nuestros tiempo, resistiendo firme a todo tipo de modas. Así pues podemos afirmar que el pollo asado todavía tiene mucho por vivir.
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