Si hay un producto gastronómico que se asocia a Catalunya, este sin duda es el calçot. Durante el invierno, las barbacoas para restaurantes asan sin parar este producto estrella que se incluye en sus menús.
Hoy te contamos más acerca de esta particular exquisitez y por qué conviene ofrecerla en tu restaurante.
Los calçots son cebollas blancas y muy tiernas con forma alargada. Esta forma se consigue gracias a un cultivo muy concreto que consiste en calzar (“calçar” en catalán) tierra en la base de la plantación. Este proceso se repite un par de veces con el objetivo de que la cebolla se alargue en busca de la luz. Así, la parte comestible se va haciendo más generosa.
Este producto es típico de la provincia de Tarragona. En especial, el pueblo de Valls es conocido por ofrecer este plato emblemático en numerosos restaurantes. Pero está extendido en todas las provincias de Catalunya e incluso comienza a popularizarse fuera de ella.
Esta delicia estacional se ofrece en locales que cuentan con barbacoas para restaurantes. Aunque el calçot puede elaborarse de diferentes maneras, la manera más tradicional de comerlos es tras pasar por la parrilla. Para que los calçots queden en su punto deben asarse con llama viva de sarmientos.
Una vez están bien hechos, se sirven a la mesa amontonados sobre una teja. Lo habitual es comerlos mojados sobre una salsa romesco (a base de almendras y pimientos, tomates y ajos asados).
Además, después se acompaña el plato con costillas de cordero y longaniza catalana, también cocinadas en la parrilla.
Aunque hay mucha demanda de calçots durante todos los meses de invierno, lo cierto es que tienen una elaboración sencilla y son fáciles de mantener en calor como si estuvieran recién hechos. Tan solo hace falta tener el equipo adecuado.
En Meca-tor 95 tenemos diferentes modelos de barbacoas para restaurantes.
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